Ubicado en la zona sur de México, el Istmo de Tehuantepec comprende los estados de Oaxaca y Veracruz. Se trata de la zona más angosta del país entre los océanos Pacífico y Atlántico, divididos por tan solo 200km de territorio. Los proyectos de desarrollo se han hecho presentes desde comienzos del siglo XX. PBI acompaña a personas defensoras de la tierra y el territorio que enfrentan amenazas por su oposición a dichos proyectos desde 2011.

“Istmo, ruta comercial para el mundo”

En 1907 el General Porfirio Díaz inauguró la ruta comercial que conecta a los puertos de Salina Cruz (Oaxaca) y Coatzacoalcos (Veracruz), al que se publicitó como “Istmo, ruta comercial para el mundo”. Con la apertura del canal de Panamá el tráfico internacional migró a otras costas, pero el sueño de unir estos dos puertos nunca se abandonó: el gobierno de Enrique Peña Nieto lo denominó “Zona Económica Especial de Salina Cruz”.

El actual gobierno promueve el “Corredor Multimodal Interoceánico”, un proyecto que consiste en la “modernización del ferrocarril del Istmo (...) para que puedan ofrecer servicios de carga, transporte, almacenaje, embalaje y servicios logísticos diversos; se fortalecerá la infraestructura carretera y de caminos rurales y la red aeroportuaria y se construirá un gasoducto para abastecer a empresas y consumidores domésticos. (...) se crearán zonas libres para atraer inversiones del sector privado.”1 Además de ser un lugar muy atractivo para el tráfico internacional, el Istmo de Tehuantepec es la zona con mayor potencial de generación de energía eólica del país. Hoy día, en Unión Hidalgo la población se enfrenta a la construcción de un nuevo parque llamado Central Eólica Gunaa Sicarú de aproximadamente 300 torres eólicas.

Intereses empresarios VS necesidades de las poblaciones locales

Pese a que el Presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que ya obtuvo la autorización de las comunidades indígenas en Oaxaca para el Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec2, diferentes comunidades y organizaciones sociales afirman que se trató de una consulta simulada:“En el Istmo de Tehuantepec se vive una gran contradicción: por un lado tierras ricas y por otro lado mucha de su gente, en su mayoría indígenas, viviendo en la pobreza. Esta situación es producto del saqueo promovido por los gobiernos en beneficio de las empresas trasnacionales; el mejor ejemplo de ello es el megaproyecto eólico donde se han invertido mas de cuatro mil millones de dólares pero esa cuantiosa inversión no ha beneficiado a la población regional y sí ha generado inmensas utilidades a empresas eléctricas europeas”3. En el mismo sentido, se manifestaron las comunidades visitadas por la Misión Internacional de Observación y Documentación de la Situación de Personas Defensoras de Derechos Humanos en Oaxaca, organizada por Consorcio Oaxaca y que PBI, junto con otras organizaciones nacionales e internacionales acompañó.

  • Unión Hidalgo

“Si se hace el Corredor Transístmico nos van a pedir más energía… los caminos que antes eran nuestros ahora tienen retenes y plumas. La gente que vivía de la caza y de la recolección de leña ya no tiene acceso a las tierras” nos comentó un comunero de Unión Hidalgo, durante la reunión pública de información para la manifestación de impacto ambiental modalidad regional en la que se hizo presente PBI, a petición de la organización Código DH.

Los comuneros ya conocen los impactos de los parques eólicos. En 2004, propietarios particulares firmaron contratos de arrendamiento de tierra con la empresa DEMEX y ahí empezó la construcción del primer parque eólico en Unión Hidalgo, “Piedra Larga Fase I” y Piedra Larga Fase II”. La firma de estos contratos y la siguiente construcción fueron realizadas sin respetar el carácter comunal de la tierra, y sin una consulta previa, libre e informada. Los pobladores no recibieron información en su lengua nativa (Zapotec), ni recibieron información sobre los impactos sociales, ambientales o económicos que el proyecto traería, por lo que la oposición a los proyectos no se hizo esperar y en medio de agresiones y desalojos de la Policía Estatal, DEMEX logró imponerse.

Ahora, Unión Hidalgo se enfrenta a la construcción del nuevo parque llamada Central Eólica Gunaa Sicarú. Comuneros que aseguran afectarían considerablemente la tierra y territorio debido a que el proyecto consta de aproximadamente 300 torres eólicas las que se pretenden instalar en zonas de reserva natural, con gran presencia de fauna, palma y acuíferos. Han sufrido hostigamiento, criminalización, amenazas, intimidaciones y agresiones, además de cierre de caminos para agricultura y pastoreo y la quema de la palma, de la que subsisten muchas familias. Oscar Marín Gómez, representante de bienes comunales de la región, identificó como reto principal de las tierras comunales que están siendo entregadas a través de arrendamientos a megaproyectos eólicos y mineros. Además, recalcó que el daño que habían causado las empresas eólicas en más de 30,000 hectáreas debe ser evaluado antes de dar más concesiones y la necesidad de investigar la corrupción que permitió tales concesiones4

  • San Dionisio

La Asamblea General del Pueblo de San Dionisio del Mar, describe al Parque Eólico Barra Santa Teresa como: “el segundo más grande del mundo. Y desde luego traerá consecuencias gravísimas para nuestro Municipio: arrebato de nuestra fuente principal de sobrevivencia que es la pesca; arrebato del alimento principal de los grupos étnicos de la región, huaves (ikojts) y destrucción masiva de la flora y fauna del lugar. Principalmente manglares y aves marinas; profanación de centros ceremoniales ancestrales y religiosos del lugar; contaminación visual y auditiva para la comunidad aledaña: Pueblo Viejo.”5 La férrea oposición de la Asamblea ha impedido el paso de maquinaria para construcción del proyecto desde el año 2012.

“El enemigo no está entre nosotros, está allá esperando a que nos dividamos” afirma Isaul Zelaya López6. Y es que el tejido social ha sido uno de los aspectos más afectados con la llegada de las eólicas. A pesar de que San Dionisio es uno de los pocos pueblos que ha logrado evitar su construcción, esto le ha valido un conflicto con su pueblo vecino, Santa María del Mar y la inestabilidad política de llevar nueve años sin presidente municipal. Asimismo, los comuneros de Unión Hidalgo sufren el rechazo y denostaciones de los vecinos que tienen contratos de arrendamiento con las eólicas.

“Para mí el progreso es que la unidad y la hermandad crezcan, que las mujeres podamos gobernar más allá de nuestros hogares(.., las mujeres somos la base de este pueblo. El desarrollo es que yo pueda caminar tranquila en la noche” 7afirmaron las mujeres del colectivo “Mujeres Indígenas defensoras de la vida” de Unión Hidalgo, que crearon una cocina comunitaria con el fin de contribuir a la reconstrucción del pueblo y de su tejido social.

PBI seguirá acompañando a las comunidades del Istmo de Tehuantepec en su búsqueda de progreso.


 

1Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. pags 53-54.

2“En una consulta realizada mediante asambleas regionales, se obtuvo la autorización del proyecto por parte de los pueblos de la región –binnizá o zapoteco, ayuuk o mixe, zoque, ikoots o huave, chontal, chinanteco, mazateco, mixteco, popoluca, náhuatl y afromexicano” Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. pags 54.

3Pronunciamiento “El Istmo es Nuestro” suscrito por múltiples organizaciones sociales, sindicales y comunitarias de Oaxaca.

4Declaraciones durante el evento público “La importancia de la defensa comunal del territorio”, en conmemoración de los 55 años de la Resolución Presidencial de los Bienes Comunales, en julio de 2019. PBI asistió por invitación de la organización ProDESC.

5Boletín de prensa. Asamblea General del Pueblo de San Dionisio del Mar 17 de agosto de 2012.

6Declaración durante 8° Aniversario de la Asamblea General de San Dionisio del Mar. PBI asistió a petición de la organización Código DH que acompaña a la Asamblea.

7Declaraciones durante Misión Internacional de Observación y Documentación de la Situación de Personas Defensoras de Derechos Humanos en Oaxaca, el 18 de octubre de 2019.

 

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